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Eficacia y eficiencia son dos conceptos muy similares. Sin embargo, existen ciertos matices que nos hacen decantarnos por una sobre la otra. La eficacia es la simple consecución de metas u objetivos propuestos, mientras que la eficiencia supone no solo lograr esas metas, sino también su consecución óptima, ya sea por requerir menos tiempo, emplear menos recursos o cualquier otra circunstancia que suponga un ahorro de costes.
Podríamos resumir que la eficacia se reduce al fin, mientras que con la eficiencia se tienen más en cuenta los medios, pero siempre con orientación a un objetivo que implica una optimización de recursos.
Utilicemos un ejemplo práctico para ilustrar los conceptos. Supongamos que dos amigos, Luis y Juan, están tratando de cambiar un neumático pinchado en sus coches (cada uno el suyo).
Luis comienza sacando el gato y colocándolo debajo del coche, pero no sabe dónde situarlo. Así, va probando varias ubicaciones, pero en ello pierde mucho tiempo. Después de 20 minutos finalmente logra colocarlo, por lo que procede a levantar el coche y cambiar el neumático.
Como se puede entender, Luis estaba haciendo lo correcto, pero lo estaba haciendo mal. Podemos concluir que ha sido efectivo (ha cambiado la rueda), pero no eficiente (ha tardado mucho).
Juan, por otro lado, consigue cambiar la misma cubierta usando los pasos correctos y haciéndolo rápidamente. En ese caso, podríamos decir que Juan es eficaz y eficiente.
Evidentemente, para alcanzar la eficiencia, lo primero que debe conseguir toda empresa es la eficacia de sus profesionales y, una vez logrado, buscar que sean eficientes.
Si echamos la vista atrás, podemos decir que los talleres de reparación de vehículos han basado históricamente su gestión en la eficacia. Hacer bien las cosas era suficiente para mantener contenta y fiel a la clientela que, cada vez que tenía un problema, sabía que nuestro taller le daría una solución a su problema: confiaba en nosotros.
Sin embargo, este modelo parece tener los días contados. Si bien es cierto que la confianza del cliente es un valor incuestionable para todo taller, no es menos cierto que, en los últimos años, factores como el precio, la conveniencia y otros han conseguido que esa misma clientela haya dejado de ser fiel por mucha confianza que tuviera en nuestro trabajo.
Ese punto de inflexión, acrecentado por la crisis y la caída de visitas al taller, ha provocado que los negocios de reparación tengan que buscar la eficiencia en su gestión para optimizar sus recursos y reducir los costes al máximo para conseguir ser rentables y poder subsistir.
Cuando una empresa alcanza la eficiencia, su principal objetivo y su prioridad ha de ser mantenerse y seguir creciendo. Para ello es necesario el compromiso de todas las partes y el diseño de una estrategia sobre la que continuar progresando.
Reconocer una empresa eficiente es sencillo, ya que todas las que lo son presentan los mismos atributos básicos:
- Definen claramente sus objetivos y adecúan sus planes para garantizar su consecución.
- Aplican una forma sistemática de operar en procesos y sistemas, orientada a resultados positivos.
- Crean valor y generan riqueza.
- Tienen conocimiento y preocupación por satisfacer las necesidades, expectativas y deseos de sus clientes.
- Diseñan planes de desarrollo y de mejora continua.
- Fomentan los programas de motivación laboral.
- Promocionan el desarrollo profesional de su equipo humano.
El tiempo es dinero cuando eres responsable de un negocio, especialmente si es de reparación de vehículos. Cuanto más eficiente seas con tu tiempo, más rentable será tu trabajo y más tiempo tendrás para atraer nuevos ingresos.
Dentro de este contexto, una de las palancas más potentes para facilitar al taller el logro y mantenimiento de la eficiencia es el uso de las nuevas tecnologías, como pueden ser las soluciones online para la valoración y realización de presupuestos de reparación, averías o mantenimientos de GT Motive, que permiten que este tipo de procesos que antiguamente eran laboriosos y complejos, hoy en día sean totalmente sencillos, claros, intuitivos y se lleven a cabo en pocos minutos, comprendiendo también los presupuestos de vehículos de nueva generación. En definitiva, el profesional del taller gana más tiempo para dedicar a las tareas que aportan directamente ingresos: reparación, venta…