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Tras el siniestro de un vehículo, comienza un flujo que engloba diversos procesos y actores. Uno de los procesos que mayor complejidad conllevan y que requieren de una gran minuciosidad, así como de una gran precisión es la peritación del vehículo. En el siguiente artículo explicamos cómo se efectúa el peritaje tras un siniestro.
Además del taller y la compañía aseguradora, una de las figuras que cobrarán protagonismo para la satisfactoria resolución de la gestión de un siniestro es el perito. El perito de autos, aplicando su conocimiento técnico, deberá realizar la valoración de daños y circunstancias que rodean al siniestro para determinar las piezas a sustituir y a reparar, así como proponer el importe de indemnización.
La peritación del vehículo
Preparación de herramientas de diagnóstico
Para poder realizar la peritación vehículo y valorar los daños de las diferentes partes, el perito ha de servirse de una serie de herramientas, entre las que se hallan:
Compás de varas.
Micrómetro o medidor de espesores de pintura.
Medidor de fugas de cilindros.
Medidor de presión de compresión de los cilindros.
Vacuómetro.
Multímetro.
Equipo para el diagnóstico de alineación y suspensión.
Prueba de ruta.
Reportaje fotográfico de daños
Tras la apertura del expediente del siniestro y antes de comenzar la inspección de daños del vehículo, el perito debe realizar una serie de fotografías que permitan completar el informe de la peritación y que sirvan de prueba ante eventuales reclamaciones.
Valoración de daños del vehículo
El perito efectuará la valoración de las siguientes partes del vehículo empleando las herramientas y pruebas de diagnóstico necesarias:
Mecánica
El perito deberá comprobar frenos y dirección, suspensión, comportamiento del motor (ruidos, verificación del estado, fugas de cilindros, presión de la bomba de combustible, presión de la bomba de aceite, estanqueidad del circuito de refrigeración…), fugas de fluidos, embrague, transmisión manual o automática, diferencial, funcionamiento de aire acondicionado y calefacción, estructura, luces…
Chapa
El perito verifica el estado de la carrocería del vehículo, centrándose en tres aspectos principales: originalidad, reparación y daños.
Los puntos a chequear incluyen: sellantes, uniones, ajuste entre piezas, soldadura por puntos de resistencia, soldadura MIG (soldadura con gas inerte de metal), estribos, reparaciones anteriores (realizando una inspección visual y analizando soldaduras y sellantes), daños (clasificación leve, medio o fuerte, presencia de corrosión o descuadres de línea…).
Chasis
El perito estudia la presencia de pérdida de medidas, soldaduras o fisuras (causadas por fatiga o malas reparaciones).
Pintura
El perito observa el estado de la pintura del vehículo y la calidad de la aplicación, detectando si el vehículo presenta la pintura original de fábrica o si ha sufrido reparaciones posteriores. También estudia la presencia de defectos en la pintura (grietas, descuelgues, cuarteamientos, falta de adherencia, ampollas, corrosión, tonalidades, golpes de piedras y objetos…).
Actualmente existen baremos oficiales, como los de Cesvimap o Centro Zaragoza, que explican detalladamente los criterios para la determinación del tipo de daño de la chapa.
Cristales
El perito analiza la presencia de posibles anomalías en los cristales del vehículo: rayados, picados y fisurados.
Interior y guarnecidos
El perito comprueba el estado de elementos del interior del vehículo, como tapizados y cojinería.
Informe final
Una vez que el perito dispone de toda la información necesaria sobre el estado del vehículo y circunstancias del siniestro, realizará un informe completo en el que añadirá la valoración de daños.
La valoración de daños incluye información detallada sobre las piezas a reparar y/o sustituir, operaciones, tiempos y precios. Hoy en día, gracias a soluciones de valoración como ‘GT Motive Estimate’, es posible la obtención de una completa valoración de daños en minutos y con posibilidad de adjuntar fotografías.