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El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, es por ello que en el artículo de hoy queremos rendir homenaje a todas las mujeres mostrando algunos de sus grandes logros en el sector de la automoción, el cual paulatinamente va normalizando la incorporación del talento femenino en sus filas.
El origen de partes esenciales del vehículo, como la calefacción, el limpiaparabrisas o el espejo retrovisor, fue posible gracias al trabajo de mujeres como Margaret A. Wilcox, Mary Anderson y Dorothy Levitt. A continuación destacamos éstas y otras contribuciones fundamentales realizadas por mujeres en los inicios del sector de la automoción.
Louise Sarazin orientó con éxito el negocio de distribución de motores Daimler en su país tras fallecer su marido, Edouard Sazarin. En 1887, Louise solicitó la licencia de los productos Daimler en Francia y, tras obtener los derechos, encargó la fabricación de motores Daimler en su país a la compañía Panhard et Levassor. Esto supuso un paso fundamental para el avance del motor en Francia.
Bertha Benz fue la primera mujer conductora del mundo, tras ponerse al volante de un triciclo motorizado, fabricado por su marido Carl Benz (fundador de la empresa Benz, que tras una fusión en 1926, daría lugar a la marca Mercedes-Benz), en 1888.
Margaret A. Wilcox creó y patentó en 1893 la primera calefacción de automóviles. El sistema estaba basado en una abertura que comunicaba el habitáculo con la zona del motor, transmitiendo al interior del vehículo el calor que generaba este último.
Sophie Opel fue la primera mujer en dirigir una de las mayores factorías de automóviles a nivel mundial, Opel. En 1895, tras fallecer su marido Adam Opel, tomó las riendas del negocio hasta su muerte, en 1913.
Margaret E. Knight investigó y trabajó en el desarrollo del motor rotativo, creando y patentando entre 1902 y 1915 diversos dispositivos relacionados con el funcionamiento de este tipo de motor.
Mary Anderson inventó el primer limpiaparabrisas en 1903. Tras observar los inconvenientes que provocaba la acumulación de suciedad, hielo y agua en el cristal de un tranvía, teniendo que bajarse el conductor para su limpieza, Mary Anderson patentaba en 1903 el primer dispositivo limpiaparabrisas efectivo.
Dorothy Levitt se convirtió en 1903 en la primera mujer inglesa que participó en una competición de automovilismo. Además de destacar por su trayectoria como piloto de automovilismo deportivo, fue una de las precursoras en el uso del espejo retrovisor, dado que Dorothy utilizaba un espejo de mano cuando conducía y lo elevaba, ocasionalmente, para tener una visión trasera del vehículo.
La polifacética Emilia Pardo Bazán se convertía en 1904 en la primera mujer española que conduciría un vehículo en España, siendo una de sus múltiples acciones en su batalla por alcanzar la igualdad de género, por la que tanto luchó.