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La conducción autónoma puede tener unos enemigos inesperados: los túneles de lavado
General 26 noviembre 2018

La conducción autónoma puede tener unos enemigos inesperados: los túneles de lavado

La conducción autónoma y los sensores están íntimamente ligados. Así, para que un vehículo pueda circular sin la intervención del ser humano, necesita sensores que capten e interpreten el entorno del vehículo. Se trata de sensores relativamente sencillos y comunes, ya empleados en otros sectores como la telefonía.

Entre ellos se encuentran sensores de ultrasonidos, sensores de imagen, radares o los LIDAR (Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging). Todos ellos operan la unidad de procesamiento central y los miles de líneas de código desarrolladas por los ingenieros de los fabricantes de vehículos. Estas líneas son las encargadas de recopilar la información captada por los sensores, interpretarla y actuar los mecanismos correspondientes para hacer operar el vehículo de forma autónoma.

Por tanto, en ese futuro —cada vez más cercano— cuando los coches autónomos plaguen las carreteras de todo el mundo, ¿qué ocurrirá si la salud de esos sensores se ve comprometida?

Y es que, en los próximos años, y con el desarrollo de la conducción autónoma, el enfoque de la seguridad vial pase, quizá, más bien por la actualización del software del coche o, precisamente, por mantener en perfecto estado de mantenimiento los sensores del vehículo.

De este modo, además de la sal de la carretera, la nieve, el hielo, la suciedad, o incluso las tormentas solares —si bien no muy frecuentes, pueden provocar la desconexión entre los sistemas GPS de los coches y los satélites—, hay otro enemigo más silencioso, pero igual de ‘dañino’ para los sensores de los coches autónomos: los túneles de lavado.

Cualquier profesional del taller de reparación de carrocería sabe —y así lo debe saber transmitir a sus clientes— que, para conservar más tiempo en mejor estado la pintura de los vehículos, lo ideal es evitar el lavado ‘a máquina’ y apostar por el lavado tradicional a mano, con jabones neutros que respeten la pintura, ceras, plásticos, gomas… y utilizar toallas de microfibra de alta absorción para no dejar residuos en el secado.

No en vano, a pesar de las mejoras introducidas en estas máquinas, las cerdas de los cepillos de sus rodillos pueden ser agresivas para la pintura del coche y producir antiestéticos micro-arañazos.

Además de esto, ¿cómo pueden afectar los túneles de lavado a los sensores? Los cepillos giratorios de grandes dimensiones podrían alterar su calibración y precisión o, aún peor, llegar a romperlos. Además, los restos de jabón o manchas de agua podrían ‘cegarlos’.

De esta forma, el exterior de un vehículo autónomo debe limpiarse con mayor frecuencia que nunca debido a los sensores. La suciedad, los insectos muertos, los excrementos de pájaros o las manchas de agua pueden afectar la capacidad del vehículo para conducir con seguridad.

¿Qué sucede si la suciedad interfiere en las lecturas? La información, el mapa tridimensional del entorno del coche no será fiel a la realidad. Las decisiones basadas en esas lecturas podrían no ser adecuadas para el problema que se presenta, el del entorno real. Esto no significa necesariamente que la suciedad ponga en riesgo al vehículo y sus ocupantes, pero podría contribuir a imprecisiones en el manejo automático.

Y aunque pudiera parecer un tema menor, por lo visto no lo es tanto… Sin ir más lejos, hace algún tiempo, la CNN publicó una información en la que explicaba esta problemática —que los expertos en conducción autónoma aseguran que los túneles de lavado son enemigos de los coches autónomos— y, como prueba, contaba que la compañía que ha sido encargada de la limpieza y repostaje de los coches autónomos de Waymo —la filial de Google—, ha tenido que acometer una serie de obras en varias de sus oficinas para cambiar los túneles de lavado por espacios en los que sus trabajadores puedan limpiar los vehículos que conducen solos a la vieja usanza: con cubo de agua, trapo y jabón.

Asimismo, otras compañías que investigan en el desarrollo del coche autónomo como Uber, Aptiv, Drive.AI, o Toyota usan paños de microfibra junto con alcohol, agua o limpiacristales para la limpieza manual de sus vehículos.

Imagen: Pixabay
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